Este espacio situado más allá de Orión está configurado básicamente por imágenes y palabras. Estas últimas son las que forman el cuerpo de lo que intentamos transmitir de forma más o menos amable. Es por ello por lo que considero que abrir una bolsa donde periódicamente echemos vocablos propios de nuestra lengua común es conveniente y enriquecedor.
Yacen sobre los anaqueles de mi biblioteca sendos volúmenes del Diccionario de la RAE, con las encuadernaciones cansadas, maltrechas de tanto transitar de un lugar para otro. Habré de recurrir a la versión electrónica y quizá más adelante al perfumado y suave papel.
Y vamos a comenzar con una palabra cuya letra inicial no puede ser más propia de esta nuestra lengua, la Ñ. Podría ser «noñería«, o podrían ser muchas otras, pero en este caso va a ser «ñoqui«.
Os emplazamos a leer el artículo. Pero… concibo un blog como algo vivo. Es por ello que esta bolsa de palabras va a ir creciendo, y con ella las historias que contemos en torno a esas palabras.
No. No tratamos de que hagáis un ejercicio de sadomasoquismo.
Nos gustaría, eso sí -insisto- en que nos hagáis llegar vuestros comentarios, críticas, sugerencias.