No es la primera vez que hablo de ello. Sé que es recurrente en mí cuando las ideas no acuden a mi cabeza. Mi leonera, el espacio en el que solía refugiarme hace algún tiempo está más descuidado que nunca.

Ya no me refugio en ella como hace algunos años. La atención a los cachorros que deambulan en la planta baja resta tiempo y concentración. Bob Esponja es cabezón y se niega a coger la jubilación aunque sea anticipada. Tampoco es partidario de las vacaciones. Entrar aquí en la actualidad es toparse con todo tipo de libros sobre el suelo. Reverte, Posteguillo, una biografía de Virginia Wolf, revistas de Historia, manuales de Alemán que seguramente nunca llegue a descifrar…

Este león, el que suscribe, tiene la mollera cada vez más hueca. Casi nada que contar, aunque creo que la falta de disciplina es importante también. ¿Quién fue el que dijo aquello de que… «cuando las musas vengan a visitarte que te pillen trabajando».

No son excusas, pero la COVID19 también ha hecho de las suyas. Desde que la pasé, el cansancio se ha hecho casi extremo. A veces cuesta media vida levantarse y poner los músculos y el esqueleto en movimiento. Mi neurona parece exhausta. (Tampoco es que antes funcionase muy bien, la verdad).

En cualquier caso, siempre me queda el consuelo de refugiarme en esa gran frase que dice que si no puedes mejorar el silencio, lo mejor es callar. Callaré pues, hasta que encuentre algo sustancioso que contaros.

Mientras tanto, os deseo un buen mes de Agosto y dejo que la música que programa Radio Clásica atraiga alguna de esas musas a las que invoco a diario, aunque no me pillen trabajando.

Total Page Visits: 691 - Today Page Visits: 1

Por José Manuel Lasanta Besada

Licenciado en Ciencias de la Información, Periodismo, que se creyó Don Quijote, chocó con los molinos a las primeras de cambio, se levantó, y aquí sigue.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *