Los gobiernos se construyen en las urnas puesto que de allí salen quienes nos representan. La «legalidad» de dichos gobiernos no les otorga un carácter ético. El gobierno que nos desgobierna es legal. La moción de censura contra Rajoy así lo fue. Fue ajustada a la ley. El gobierno que nos desgobierna, si no carece de ética, es, digamos, INMORAL.
La actitud de los simpatizantes y afiliados al PSOE es, bajo mi punto de vista, -por ser benévolo- «incomprensible». ¿Cómo comprender y justificar el silencio que mantienen ante las humillaciones constantes de gentuza como los Otegui, Rufián, etc? ¿Hasta dónde llegan las tragaderas ante casos como los de la llamada Ley del sí es sí, o el del conocido como Tito Berni? ¿Cómo comprender que no se quejen quienes un día confiaron en el PSOE? ¿Cobardía? ¿Vivir del pesebre? ¿De verdad no se les cae la cara de vergüenza? Hay quien dice que quien calla no tiene por qué otorgar. Hay quien considera que el silencio es una opción tan digna como otra cualquiera. Cierto, pero yo, sin ir tan lejos como Rosa Díez que ha comparado a los ciudadanos de los que hablo, con aquellos alemanes que se justificaban a sí mismos diciendo que no veían el humo de los crematorios ni olían su hedor, considero que aquí sí hay complicidad.
Efectivamente. NO ES NO. Y hay líneas que no deben ser traspasadas. Este gobierno no para de traspasarlas, de humillar a todo el país. Y mucho me temo, que aunque me retiren la palabra, QUIENES CALLAN, OTORGAN, SON CÓMPLICES.