Hace tiempo que bulle en mi cabeza y entre los dedos que ahora aporrean el teclado, la idea de lanzar al espacio un nuevo blog. Puede que alguno de vosotros me leyese en alguna ocasión en el ya apagado «Clave de Sol». Lo cierto es que aquel pasó a la historia, no sé si con pena o gloria, pero, pasó.
El caso es que tras mucho tiempo de meditarlo, aquí lo tenemos. «Más allá de Orión» es una realidad. Espero que poco a poco os enganche y disfrutemos juntos.
Ahora os traemos aquí -espero que pronto se una el amigo Pablo- «Más allá de Orión». Un nuevo proyecto donde hablaremos de algunos temas que tratábamos en su día y donde intentaremos ofrecer una visión amable de la vida, cosa que reconozco, es difícil muchas veces.
Comienzo el blog con una sección de «Opinión» puesto que esta declaración de intenciones que supone el primer artículo, no deja de ser una forma de establecer, de dejar claro, que como todo el mundo, miro la realidad con un prisma, con un filtro de color. Siempre me he tenido por un tipo bastante frío analizando lo que me rodea, pero reconozco que hay cosas que pueden conmigo.
Con la que está cayendo sobre medio mundo o más, sería muy fácil arremeter contra algún que otro personajillo (y no voy a usar eso que se llama lenguaje inclusivo) y no dejar títere con cabeza, pero me voy a relajar en mi confinamiento y voy a recordar una vez más esas hermosas palabras del replicante en «Blade Runner«. Me temo, que ahora que nace «Más allá de Orión», para muchos,»es tiempo de morir».